En el mercado de grifos para bañera, puedes encontrar diferentes tipos según su funcionamiento y diseño. Los más comunes son los grifos monomando, bimando y termostático.

• Grifos Monomando: Este tipo de grifo te permite regular tanto la temperatura como el caudal de agua con una sola maneta. Es práctico y fácil de usar, ideal si buscas simplicidad en tu baño.

• Grifos Bimando: Con dos manetas separadas, uno para el agua caliente y otro para el agua fría, los grifos bimando ofrecen un control más preciso de la temperatura, aunque puede resultar menos cómodo de ajustar.

• Grifos Termostáticos: Los grifos termostáticos mantienen la temperatura del agua constante, evitando cambios bruscos y permitiendo una ducha más segura y confortable. Son ideales para familias con niños o personas mayores.

Los grifos de bañera están fabricados con una variedad de materiales comunes que influyen en su durabilidad y funcionamiento. Algunos de los materiales más utilizados son el latón, acero inoxidable, cromo y bronce.

• Latón: Es resistente a la corrosión y proporciona una excelente durabilidad. Su acabado puede ser dorado, plateado o envejecido, según tus preferencias estéticas.

• Acero Inoxidable: Este material es altamente resistente a la humedad y al desgaste, lo que lo convierte en una elección duradera y de fácil limpieza para tu baño.

• Cromo: El cromo es un material que proporciona un brillo elegante y es resistente a la corrosión, manteniendo su aspecto original durante mucho tiempo.

• Bronce: El bronce es un material clásico que aporta un toque de elegancia a tu baño. Es duradero y resistente a la corrosión, ideal para un estilo rústico o vintage.

Combinar un grifo de bañera con ducha puede ser una solución funcional y práctica para tus clientes. Esta opción no solo ofrece versatilidad al permitir alternar entre un baño relajante y una ducha rápida, sino que también optimiza el espacio y el diseño del cuarto de baño.

1. Versatilidad: Permite a los usuarios elegir entre un baño o una ducha según sus necesidades diarias, sin la necesidad de instalar dos unidades separadas.

2. Ahorro de espacio: Ideal para baños de tamaño reducido, donde la instalación de una bañera y una ducha por separado no es factible.

3. Estética: Muchos modelos presentan diseños elegantes y modernos que pueden complementar la estética del baño, mejorando su apariencia general.

4. Precio: A menudo resulta más económico que comprar e instalar dos sistemas distintos.

5. Facilidad de instalación: La instalación de un sistema combinado suele ser más sencilla y rápida que la de dos sistemas independientes, lo que puede reducir el tiempo y costes de instalación.