Todo en soluciones de calefacción

La eficiencia depende de la fuente de energía y del aislamiento de la vivienda. En general, los sistemas más eficientes son los basados en biomasa (como las estufas de pellets) y las instalaciones de suelo radiante alimentadas por energías renovables o calderas de alta eficiencia. Los termosifones solares también son muy eficientes para generar agua caliente sanitaria, ya que aprovechan la energía gratuita del sol. No obstante, la elección debe adaptarse a tus necesidades de uso, la zona climática y el tamaño del espacio a calentar.

Para calcular la potencia se tienen en cuenta la superficie a calentar, el nivel de aislamiento y la zona climática. Como orientación, se suelen considerar entre 80 y 100 W por metro cuadrado, pero este valor puede variar según el tipo de sistema y el aislamiento de la vivienda. Para una estimación más exacta, se recomienda consultar con un profesional que pueda dimensionar correctamente la instalación y garantizar el confort sin un consumo excesivo.

Las dos son buenas opciones, pero tienen diferencias. La leña aporta un calor tradicional y un ambiente muy acogedor, siendo más económica si tienes acceso a madera a buen precio. Las estufas de pellets, en cambio, son más autónomas y programables, con encendido automático y mayor control de la temperatura. Además, los pellets son un combustible muy eficiente y limpio, lo que reduce las emisiones y facilita el mantenimiento.

El mantenimiento depende del tipo de sistema. Las estufas y calderas de biomasa (pellets o leña) necesitan una limpieza regular de cenizas y revisión anual. Las calderas de gas requieren revisiones periódicas obligatorias por normativa. Los emisores eléctricos y radiadores prácticamente no necesitan mantenimiento, más allá de una limpieza ocasional. Un buen mantenimiento alarga la vida útil de los equipos y mejora su eficiencia energética.

Sí, de hecho es una práctica habitual para mejorar el confort y optimizar el consumo. Por ejemplo, se puede combinar una caldera de gas o biomasa para el sistema principal y emisores eléctricos o una estufa de pellets en estancias puntuales. También es frecuente instalar suelo radiante en zonas de día y radiadores en dormitorios. La combinación ideal depende del uso de cada estancia y del presupuesto disponible.

El suelo radiante ofrece un calor uniforme en toda la estancia, ya que distribuye la temperatura desde el suelo hacia arriba. Es un sistema invisible, que libera espacio en paredes al no necesitar radiadores. Además, trabaja a baja temperatura, lo que se traduce en mayor eficiencia y ahorro energético. Puede utilizarse con caldera, aerotermia o energía solar, y también tiene la ventaja de ser compatible con sistemas de refrigeración en verano en algunos casos.

Los termosifones aprovechan la radiación solar para calentar el agua y son especialmente eficientes en zonas con buen nivel de sol durante el año. En climas menos soleados pueden complementarse con un apoyo eléctrico o caldera para garantizar agua caliente incluso en días nublados. Su gran ventaja es la reducción en el consumo energético y la factura, así como la apuesta por una energía limpia y renovable.

La calefacción eléctrica se basa en equipos independientes (emisores, radiadores, toalleros) que calientan cada estancia de forma autónoma. Es fácil de instalar y no requiere obra, ideal para segundas residencias o espacios puntuales. La calefacción central, en cambio, utiliza una caldera (de gas, gasoil o biomasa) que distribuye el calor mediante radiadores a toda la vivienda, ofreciendo un confort uniforme. La elección depende del uso de la vivienda y de la inversión que se quiera realizar.

En segundas residencias se buscan sistemas fáciles de encender y apagar y con poco mantenimiento, ya que no se usan de forma continua. Opciones como emisores eléctricos programables, estufas de gas portátiles o estufas de pellets con encendido automático son muy prácticas. También es útil que el sistema tenga programación o control remoto, para encenderlo antes de tu llegada y encontrar la casa a la temperatura deseada.

En muchas comunidades autónomas existen programas de ayudas y subvenciones para la instalación de sistemas de calefacción eficientes y energías renovables (biomasa, solar, aerotermia). Estas ayudas suelen cubrir un porcentaje de la inversión y están sujetas a requisitos específicos. Para conocerlas, conviene consultar los planes vigentes de tu comunidad o ayuntamiento y, en algunos casos, acudir a un instalador acreditado que pueda gestionar la solicitud.